Por una negligencia en las obras de peatonalizaci??n de la calle Esmeralda, la librer??a Helena de Buenos Aires sufri?? numerosas inundaciones que afectaron parte de la colecci??n de libros que se guardan en su s??tano.??
Como una constante en la gesti??n de la Ciudad de la ??ltima d??cada, la p??rdida del patrimonio hist??rico contin??a de diferentes formas. Esta vez fue el turno de la antigua libre??a Helena de Buenos Aires, un lugar emblem??tico que atesora documentos, mapas y libros de los siglos XVI en adelante. El problema fue ocasionado por las obras de la empresa Dalco, quien realiza la tarea de peatonalizaci??n en la calle Esmeralda.
En la vidriera de libros antiguos del negocio ubicado en Esmeralda 882 -la planta baja de un edificio declarado Patrimonio Hist??rico de la Ciudad y donde funcion?? durante 50 a??os la emblem??tica librer??a anticuaria L’Amateur- asoman dos carteles gigantes, hechos a mano con fibr??n: «Esta librer??a se inund?? nueve veces por la negligencia de la obra de la peatonal. Ni a Macri, ni a Lombardi, ni a la empresa Dalco S.A. les importa nada», reza uno.
Esa imagen recorri?? durante los ??ltimos d??as las redes sociales despertando la solidaridad de gente amiga y desconocida, vecinos de Buenos Aires y ciudadanos del mundo, que se hicieron eco de la situaci??n de Helena de Buenos Aires, una de las pocas librer??as porte??as anticuarias cuyo s??tano con 20.000 libros se inund?? por primera vez el 9 de diciembre pasado a las 4 de la madrugada, tras la rotura de un ca??o maestro.
«Sali?? agua como un g??iser hasta las cuatro de la tarde, se carg?? de agua de vereda a vereda y entr?? a mi s??tano, de 70 metros cubiertos. La empresa constructora, Dalco S.A., no ten??a bomba de achique y sacaron el agua a baldes al otro d??a a las seis de la tarde. El piso ten??a 12 cent??metros de agua», cuenta a T??lam Elena Pad??n Olinik, due??a hace tres a??os y medio de la librer??a, quien agrega amargamente «hace dos meses que no puedo parar de llorar»,??cont?? a T??lam.
«La primera desesperaci??n -cuenta- fue sacar los libros, hacer salvatajes, se moj?? una carpeta con mapas y grabados de los siglos XVI, XVII y XVIII. Las patas de las bibliotecas estuvieron sumergidas, los estantes cedieron y se cayeron en domin??. Los libros estaban ca??dos, aplastados y mont?? en c??lera. Hice los carteles y eso hizo fuerza», concluy??.